viernes, diciembre 5, 2025
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    El MUBA restaura dos retratos de los artistas Victoria Martín y Esquivel

     Pertenecen al siglo XIX y estarán en exposición hasta el próximo 17 de febrero

    La colección de ‘El MUBA Restaura’ acaba de incorporar al nuevo aspecto de su exposición dos obras pertenecientes a la colección permanente del Museo, que han sido mejoradas recientemente. La sala 00, con entrada por la calle Duque de San Germán, cuenta así con el tercer número de esta línea editorial en la que se presentan algunas de las piezas del Museo que han sido intervenidas, la historia de estas en la colección, el análisis histórico-artístico y su proceso de restauración. Con ello, el MUBA da a conocer este trabajo interno más desconocido para el público.

    Por una parte, y dentro de la reducida nómina de artistas femeninas del siglo XIX español, se expone el retrato con el que la pintora Victoria Martín Barhié (Cádiz 1794- 1859), fechado en 1859 y el cual llegó al Museo como donación en 2006, representó al armador y comerciante gaditano, José Joaquín Agacio Ramos, quien falleció el 25 de noviembre de 1905 en la localidad extremeña de Aceuchal.

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    Martín destaca por su calidad dentro de la pintura de estética neoclásica, en ocasiones, como en el caso del lienzo del MUBA, con influencias románticas, y por su trayectoria brillante a nivel institucional. La fortuna crítica siempre le fue favorable y sus obras fueron valoradas tanto por los especialistas coetáneos a ella, así como por el público general. Ello tendría su explicación, no solo por su calidad, sino por ser la ciudad cosmopolita, ilustrada y liberal de la Cádiz del momento el lugar del desarrollo de su carrera artística. La conservación de la pieza en la colección del Museo es de gran relevancia al ser conocidos y localizados muy pocos lienzos de la artista que alcanzan la docena.

    La segunda de las piezas, adquirida para la colección en 1973, pertenece a Antonio Mª Esquivel y Suárez de Urbina (Sevilla, 1806- Madrid, 1857). Se trata uno de los pintores más carismáticos y referente del panorama del Romanticismo español por las connotaciones que su azarosa vida personal tuvo en el desarrollo de su pintura. En 1839, cuando se encontraba en el cénit de su carrera profesional, una infección herpética le provocaría una ceguera transitoria durante casi dos años que le llevará a dos intentos de suicidio. 

    La pieza protagonista, fechada en 1853, lleva por título ‘Retrato de un magistrado’ (también denominado como ‘Retrato de un académico’), representa la efigie de busto de un personaje masculino maduro del que desconocemos su identidad. La escasa representación de obras de Antonio Mª Esquivel en Extremadura convierten este retrato en una pieza destacada dentro de la colección del MUBA.

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